lunes, septiembre 19, 2005

Dr. NO


Durante los primeros días de este año, me entusiasmé con la idea de volver a trabajar en el IFLYSIB, lugar donde realicé mi tesis doctoral, bajo la dirección de Fernando Vericat.

Obviamente, para ello necesitaba obtener un lugar de trabajo. Por esto me inscribí al concurso para ingresar a la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).

En realidad, el CONICET paga bastante poco, pero cambiaba dinero por volver al IFLYSIB a trabajar con Fernando, y salir de la vida alienante de Buenos Aires.

En una muy inteligente decisión del grupo de sabios que tuvo la crítica misión de seleccionar recursos humanos para abastecer el eficiente mecanismo de generación de conocimientos del país, mi candidatura al puesto fue desechada.

Esta determinación es muy acertada, ya que solo una selecta minoría de élite debe acceder a las filas de tan prestigiosa Institución. Yo, en mi carácter de físico outsider, no encajo en ese perfil. Sin dudas, debido al buen momento por el que pasa el estado del Tesoro Nacional, y dado que no había en principio restricciones de cupo para el ingreso, dicho comité de expertos se habrá sentido muy tentado de considerar favorablemente mi ingreso. Pero como buenos hombres de ciencia, con el alto propósito de velar por la pureza de la misma y de mantener el nivel de excelencia de sus profesionales, han optado por cumplir cabalmente con su misión, sacrificando convicciones personales en pos del bien común.

Por cierto, aún permanecen trabajando en el CONICET algunas infiltrados que mantienen un espíritu diferente al que sostiene el establishment. Gente creativa e inteligente, y de principios. Son pocos, pero se nota que el procedimiento de selección para los ingresos, así como las posteriores evaluaciones del personal, aún no son perfectos.

Quiero agradecer especialmente a Fernando, quien (como siempre) me bancó en esta loca idea. Es un gran honor para mi que una persona de su calidad quiera tenerme en su equipo. Ojalá alguna vez pueda hacerlo.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me gustó tu descripción de los acontecimientos. Me duele tener que reconocer que la institución de la cual formo parte (CONICET) tiene como asesores a un grupo mayoritario (o quizá minoritario pero influyente) de investigadores que no pueden distinguir la diferencia entre ciencia e investigación. En general prefieren a un buen investigador antes que a un buen científico. Yo también me entusiasmé con la idea de que regresaras al IFLYSIB. Tenemos pendiente la experiencia de hacer ciencia juntos. Para que quede registrado me autocito: "Manuel ha mostrado que puede hacer cosas que ninguno en el IFLYSIB ha hecho jamas. Este instituto necesita alguien como él en sus huestes".

10:11 a. m.  
Blogger Manux said...

Correcto Luiggui. Vos fuiste testigo de una de tales hazañas cuando, por ejemplo, me saqué el hombro en aquel violento smash jugando al paddle. Dudo que alguien del Iflysib repita semejante hito.
Más allá de mi situación personal, creo que al CONICET le vendría bien entrar al siglo XXI con un fuerte rediseño. Y a quienes les toca esa tarea es a la propia gente del CONICET. Ojalá algún día pueda haber un espacio donde esto se discuta y se concrete.

10:32 a. m.  

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